Estimados amigos: Una vez más Tesoros de la Fe evoca en sus páginas la magna figura de santo Toribio Alfonso de Mogrovejo (1538-1606), preclaro organizador de la Iglesia en Hispanoamérica, misionero infatigable, evangelizador y civilizador del Perú. Es vergonzoso que a un forjador de la nacionalidad como él, se le niegue el reconocimiento público que merece y que su ilustre memoria haya quedado prácticamente relegada al ámbito religioso, a causa del laicismo que ha dominado la mayor parte de nuestra vida republicana. Más de un biógrafo e historiador ha trazado un extraordinario paralelismo entre el segundo arzobispo de Lima y san Carlos Borromeo (1538-1584), cardenal de la Santa Iglesia y arzobispo de Milán. Siendo contemporáneos, les correspondió ejecutar las resoluciones del Concilio de Trento en sus jurisdicciones. Su extensión territorial, quizá haya sido su única discordancia, pues la de Lima era entonces seis veces mayor que la de Milán. El célebre abad trapense de Sept-Fons, Jean-Baptiste Chautard (1858-1935), en su obra maestra El alma de todo apostolado, reproduce la siguiente sentencia: “A un sacerdote santo, según se dice a veces, corresponde un pueblo fervoroso; a un sacerdote fervoroso, un pueblo piadoso; a un sacerdote piadoso, un pueblo honrado; a un sacerdote honrado, un pueblo impío. Siempre hay un grado menos de vida en aquellos que son engendrados”. Tal es la influencia del clero en la sociedad. En ese mismo sentido, bien podríamos decir, parafraseando al reconocido maestro de la vida espiritual: “A un obispo santo, corresponde un pueblo fervoroso; a un obispo fervoroso, un pueblo piadoso; a un obispo piadoso, un pueblo honrado; a un obispo honrado, un pueblo impío; Quiera la Divina Providencia abreviar los tristes días actuales y enviarnos almas intrépidas, como las de santo Toribio de Mogrovejo, para que sea renovada la faz de la tierra. En Jesús y María, El Director
|
![]() Santo Toribio de Mogrovejo Gloria de la Iglesia y del Perú |
![]() |
Don Bosco y los castigos Qué regla hay que seguir para castigar? A ser posible, no se castigue nunca; cuando la necesidad lo exigiere, recuérdese lo siguiente... |
![]() |
Oración para el estudio Creador inefable, que en los tesoros de tu sabiduría has establecido tres jerarquías de Ángeles, y las has colocado sobre el cielo empíreo... |
![]() |
Apetito de extravagancia total Lo que a continuación se afirma sobre el snobismo1, como vehículo de expansión de la droga, conserva gran actualidad y puede aplicarse a todos los tipos de degradación moral que sufre nuestra sociedad... |
![]() |
La confesión Los rayos del sol se difuminan tenues en el interior de la amplia iglesia creando una atmósfera de quietud y paz... |
![]() |
Tolerancia e intolerancia I - El verdadero equilibrio Vivimos en la era de la tolerancia indiscriminada. Todas las opiniones son permitidas. Se tolera todo, excepto a aquel que no transige con el error. A éste los «tolerantes» no lo toleran, y mueven contra él una tenaz persecución... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino