Verdades Olvidadas La cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos

Tumba del Papa León XIII (1878-1903) en la basílica de San Juan de Letrán – Foto: P. Fray Lawrence Lew

Es de advertir que en este orden de cosas que pertenecen a la fe cristiana hay deberes cuya exacta y fiel observancia, si siempre fue necesaria para la salvación, lo es incomparablemente más en estos tiempos.

Porque en tan grande y universal extravío de opiniones, deber es de la Iglesia tomar el patrocinio de la verdad y extirpar de los ánimos el error; deber que está obligada a cumplir siempre e inviolablemente, porque a su tutela ha sido confiado el honor de Dios y la salvación de las almas. Pero cuando la necesidad apremia no solo deben guardar incólume la fe los que mandan, sino que “cada uno esté obligado a propagar la fe delante de los otros, ya para instruir y confirmar a los demás fieles, ya para reprimir la audacia de los infieles” (Santo Tomás de Aquino, Suma Teológica, 2-2, q. X, a. 2, q. ad 2). Ceder el puesto al enemigo, o callar cuando de todas partes se levanta incesante clamoreo para oprimir a la verdad, propio es, o de hombre cobarde, o de quien duda estar en posesión de las verdades que profesa. Lo uno y lo otro es vergonzoso e injurioso a Dios; lo uno y lo otro, contrario a la salvación del individuo y de la sociedad: ello aprovecha únicamente a los enemigos del nombre cristiano, porque la cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos.

Y tanto más se ha de vituperar la desidia de los cristianos cuanto que se puede desvanecer las falsas acusaciones y refutar las opiniones erróneas, ordinariamente con poco trabajo; y, con alguno mayor, siempre. Finalmente, a todos es dado oponer y mostrar aquella fortaleza que es propia de los cristianos, y con la cual no raras veces se quebrantan los bríos de los adversarios y se desbaratan sus planes. Fuera de que el cristiano ha nacido para la lucha, y cuanto esta es más encarnizada, tanto es más segura la victoria con el auxilio de Dios. “Confiad: yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33). Y no oponga nadie que Jesucristo, conservador y defensor de la Iglesia, de ningún modo necesita del auxilio humano porque, no por falta de fuerza, sino por la grandeza de su voluntad, quiere que pongamos alguna cooperación para obtener y alcanzar los frutos de la salvación que Él nos ha conquistado.

 

León XIII, encíclica Sapientiae Christianae, 10 de enero de 1890.

Palabras del Director Nº 240 – Diciembre de 2021 – Año XX Preciosas tradiciones navideñas
Preciosas tradiciones navideñas
Palabras del Director Nº 240 – Diciembre de 2021 – Año XX



Tesoros de la Fe N°240 diciembre 2021


En la Nochebuena Auge de la unión entre Jesús y María
Diciembre de 2021 – Año XX La cobardía de los buenos fomenta la audacia de los malos Preciosas tradiciones navideñas Calendario del Bicentenario - Diciembre 2021 Navidad El papel decisivo de la institución familiar en la economía Santo Domingo de Silos Variedad y unidad en las canciones de Navidad



 Artículos relacionados
Madonna della Strada Esta es la pintura de la Santísima Virgen conocida como Madonna della Strada (Nuestra Señora del Camino), ubicada en una capilla entre el altar de San Ignacio y el altar mayor de la iglesia de Il Gesù...

Leer artículo

¿Cómo un Dios tan bueno permite los sufrimientos de la guerra? ¿Cómo un Dios tan bueno permite los sufrimientos de la guerra?...

Leer artículo

Rocamadour, símbolo de fe enclavado en la roca Poco más que una aldea, Rocamadour surge como un sueño entre las neblinas del valle...

Leer artículo

San José, Patrono de la Iglesia Del mismo modo que Dios constituyó al otro José, hijo del patriarca Jacob, gobernador de toda la tierra de Egipto para que asegurase al pueblo su sustento, así al llegar la plenitud de los tiempos...

Leer artículo

Virgen Madre Aparecida: Reina y Patrona del Brasil La devoción a Nuestra Señora Aparecida echó raíces tan profundas en la psicología y en la religiosidad del pueblo brasileño que, en los momentos de crisis como el que vive actualmente, debe renovar su amor a la Patrona para fortalecer la fe auténtica y reencontrar su verdadera identidad nacional...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino

×