Especiales La Virgen en el mediodía

hoy, Señor, el mundo entero está siendo abrumado por una pandemia que está propagando la muerte y paralizándonos. Esta corona de espinas fue salvada en la noche del fuego por los bomberos. Es un signo de lo que has sufrido por la burla de los hombres. Pero también es un hermoso signo de que estás con nosotros en el ápice de nuestro sufrimiento”.

(Mons. Michel Aupetit, arzobispo de París, ante la reliquia de la Corona de Espinas, el pasado 10 de abril).

Es mediodía. Veo la iglesia abierta. Es preciso entrar. Madre de Jesucristo yo no vengo a rezar. No tengo nada que ofrecer ni nada que pedir.

Vengo solamente, madre, para miraros.

Miraros, llorar de felicidad, saber esto,

Que soy vuestro hijo, y que aquí estáis.

Solo por un momento mientras todo se detiene.

Mediodía.

Estar con vos, María, en el lugar en que estáis.

No decir nada, pero solamente cantar porque se tiene el corazón colmado,

Como el mirlo que sigue en idea en sus espacios de canciones repentinas.

Porque eres bella, porque eres inmaculada,

La mujer en la gracia al fin restituida.

La criatura en su honor primero y en su final ensanchamiento,

Tal como ha salido de Dios en la mañana de su esplendor original,

Intacta, inefablemente porque eres la madre de Jesucristo.

Que es la verdad entre vuestros brazos y la sola esperanza y el solo fruto.

Porque eres la mujer, el Edén de la antigua ternura olvidada,

Cuya mirada encuentra el corazón de súbito y hace brotar las lágrimas acumuladas.

Porque me has salvado, porque has salvado a Francia,

Porque ella también como yo, por vos, fue esta cosa en la que se piensa,

Porque en la hora en que todo crujía, fue entonces que interviniste,

Porque has salvado a la Francia, una vez más,

Porque es mediodía, porque estamos en este día de hoy,

Porque estás aquí para siempre, simplemente porque eres

María, simplemente porque existes,

¡Madre de Jesucristo, recibid nuestras gracias!

 

Paul Claudel (1868-1955), La Vierge à midi, in “Letras”, nº 2, Santiago, 1930.

Eutanasia en Portugal: Una tragedia anunciada ¿Por qué los jeans rotos y las zapatillas sucias son motivo de angustia?
¿Por qué los jeans rotos y las zapatillas sucias son motivo de angustia?
Eutanasia en Portugal: Una tragedia anunciada



Tesoros de la Fe N°221 mayo 2020


Una promesa, una esperanza Basílica de la Madonna de Monte Bérico
Mayo de 2020 – Año XIX Eutanasia en Portugal: Una tragedia anunciada La Virgen en el mediodía ¿Por qué los jeans rotos y las zapatillas sucias son motivo de angustia? La Madonna de Monte Bérico San Juan de Ávila ¿Es posible el sacerdocio femenino en la Iglesia? El genio artístico de Italia



 Artículos relacionados
Oración para alcanzar remedio en las actuales necesidades de la Iglesia Padre Santo, que estáis en los cielos, no sois Vos desagradecido, para que piense yo dejaréis de hacer lo que os suplicamos, para honra de vuestro Hijo...

Leer artículo

Oración de las fuentes milagrosas de Fátima Salve María, fuente de gracia, de piedad y de misericordia; manantial inagotable de dulzura y de clemencia...

Leer artículo

Necesidad de los recursos de la Iglesia para nuestro “último viaje” No hay certeza más evidente e irrefutable que la de que todos moriremos algún día. Esto nos lleva a considerar que, para aquellos que tenemos fe, nuestras últimas horas en este mundo pueden decidir nuestra salvación o perdición eterna...

Leer artículo

2019: un año de mártires Para el presidente de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), Thomas Heine-Geldern, “2019 ha sido un año de mártires, uno de los años más sangrientos de la historia para los cristianos. El ápice fue el ataque a tres iglesias en Sri Lanka con más de 250 muertos. La situación en China e India también nos preocupa mucho”...

Leer artículo

San Leonardo de Puerto Mauricio En cada época, la Divina Providencia suscita almas ardientes que combaten los desmanes de su tiempo, recordando a los hombres que su destino es la patria celestial y no esta tierra. Uno de ellos fue el gran misionero san Leonardo de Puerto Mauricio...

Leer artículo





Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino