A propósito de la execrable e injustificada invasión de Rusia a Ucrania: Según afirma en su artículo “Paix et Guerre”, el Dictionnaire Apologétique de la Foi Catholique, la doctrina de san Agustín respecto a la paz y la guerra puede ser condensada en cuatro puntos: En primer lugar, hay guerras que son justas. Son las que están destinadas a reprimir una acción culpable del adversario. […] Sin embargo, la guerra debe ser considerada como una solución extrema, a la que no se recurre sin haber antes reconocido la evidente imposibilidad de salvaguardar de otro modo la causa del derecho legítimo. En efecto, incluso siendo justa, la guerra determina tantos y tan grandes males —mala tam magna, tam horrenda, tam saeva— que no es posible resignarse a ella sino constreñido por un imperioso deber. En cuanto al fin legítimo de la guerra, no es precisamente la victoria, con las satisfacciones que trae, sino la paz en la justicia, el restablecimiento duradero de un orden público en el cual cada cosa ha sido repuesta en su preciso lugar. […] Por fin, las infelicidades de la guerra constituyen en esta vida uno de los castigos del pecado. Aun cuando la derrota humilla a aquellos que tenían a su favor el legítimo derecho, es necesario ver esta dolorosa prueba como querida por Dios para castigar y purificar al pueblo de las faltas de las cuales él mismo debe reconocerse culpable.
Yves de la Brire, “Paix et Guerre”, in Dictionnaire Apologétique de la Foi Catholique, Gabriel Beauchesne, París, 1926, t. III, col. 1260 apud Plinio Corrêa de Oliveira, Nobleza y élites tradicionales análogas, Editorial Femando III el Santo, Madrid, 1993, vol. I, p. 319.
|
La Crucifixión El crimen más horrendo de toda la historia |
|
Santa Ángela de Foligno Ángela nació en 1248 en Foligno, a 20 kilómetros de Asís, en la provincia de Perugia, en el seno de una familia acomodada pero sin fe... |
|
Paz de alma en el Tabor Un amanecer en el patio interno del convento de Saint-Gildard, Casa Madre de las Hermanas de la Caridad y de la Instrucción Cristiana, en Nevers, Francia... |
|
María Antonieta En este cuadro, la reina de Francia María Antonieta (1755-1793) sostiene una rosa con tanto arte, que parece estar mostrando la flor a quien contempla el cuadro, pero en realidad está diciendo: Mírame y percibe cómo la rosa es un símbolo de mí misma... |
|
Del Juicio Particular - I Dicen comúnmente los teólogos que el juicio particular se verifica en el mismo instante en que el hombre expira, y que en el propio lugar donde el alma se separa del cuerpo es juzgada por nuestro Señor Jesucristo, el cual no delegará su poder, sino que por Sí mismo vendrá a juzgar esta causa... |
|
Plinio Corrêa de Oliveira, cultivó desde su infancia, los más excelentes valores cristianos En estas líneas, intenté dar algunos trazos de cómo Plinio, desde niño, ya respiraba valores contra-revolucionarios. Con los años, él creció ultramontano— como eran llamados en el siglo XIX los católicos antiliberales y fieles al Papado—, monarquista, antimodernista, católico en todas sus manifestaciones. Con la lectura de autores como De Bonald, Donoso Cortés, Veuillot, y de numerosos santos como San Pío X, él explicitó y formuló de modo sistemático sus teorías, su Weltanschauung(visión del universo), aunque todas ellas ya existían en su alma en estado germinal. ¿Cómo esta germinación fue posible en una ciudad moderna, incrustada en el Nuevo Mundo? ¿Por una gracia especialísima de la Santísima Virgen? Ciertamente sí. Pero ello nos lleva a otras consideraciones: si Dios suscitó una personalidad como la del Dr. Plinio, ¿no será esto una primera gracia y un primer paso para un cambio radical en el rumbo de los acontecimientos? ¿No estará próxima la restauración de la civilización cristiana?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino