Una intensa devoción me ha unido desde siempre a la Virgen de Begoña. Al pie de su santa imagen contrajeron matrimonio mis abuelos. Y mi madre recibió las aguas purificadoras del bautismo un 1º de enero de 1924 en su Basílica; el mismo día en que mi padre nacía al otro lado del Atlántico. Cuando niño, una tía carmelita me envió desde Bilbao una medalla de oro con su santa efigie. Subí hace pocos años a su imponente santuario y me comprometí a escribir su historia. Hoy finalmente cumplo con Ella y con mis lectores, que espero sean benignos y tolerantes conmigo. En cuanto a tolerancia se trata, este mes continuamos con la publicación de los artículos de Plinio Corrêa de Oliveira sobre el tema. La tolerancia, virtud peligrosa, es el título de esta nueva contribución de nuestro recordado inspirador. Nos faltaba un homenaje a Santa Teresa de Lisieux, más conocida como Santa Teresita del Niño Jesús, cuyas sagradas reliquias están visitando y bendiciendo nuestro país. No encontramos nada mejor que unos comentarios de quien fue el gran batallador católico del siglo XX: La verdadera santidad es fuerza de alma y no debilidad sentimental, que reproducimos en la sección Ambientes Costumbres Civilizaciones. Sirvan también ellos de agradecimiento fraterno a las Madres carmelitas —cuyos monasterios pueblan todo el país— que desde nuestra fundación nos socorren con sus valiosas oraciones y sacrificios. En Jesús y María, El Director
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![]() Nuestra Señora de Begoña, patrona del Señorío de Vizcaya |
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¿Cómo nuestras oraciones pueden interceder por los difuntos? ¿Cómo pueden la oración y la misa por los difuntos conducirlos a la salvación, si cada uno es responsable por su propia salvación? ¿Por qué la Virgen y San José no pusieron el nombre de Enmanuel a Jesucristo conforme estaba escrito en las profecías, según el Nuevo Testamento? ¿A qué se refería Jesucristo al decirle a Pedro que lo llevarían a lugares adonde él no quisiera ir?... |
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Eutanasia infantil, nuevo zarpazo de la cultura de la muerte El Parlamento belga aprobó recientemente una ley que reconoce ¡el derecho de los niños a matarse a sí mismos! Así, los menores de edad podrán optar por la muerte con la ayuda de un médico, en el caso de que consideren que sus dolores son demasiado fuertes como para soportarlos... |
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La dignidad sacerdotal La dignidad del sacerdote es tal, que, según la expresión de san Agustín,* el Hijo de Dios encarna en sus manos como en otro seno de la Virgen... |
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La Primera Comunión de Lucía María Rosa, madre de la hermana Lucía, era la catequista de la aldea. Los niños acostumbraban reunirse en su casa para aprender la lección... |
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Plinio Corrêa de Oliveira, cultivó desde su infancia, los más excelentes valores cristianos En estas líneas, intenté dar algunos trazos de cómo Plinio, desde niño, ya respiraba valores contra-revolucionarios. Con los años, él creció ultramontano— como eran llamados en el siglo XIX los católicos antiliberales y fieles al Papado—, monarquista, antimodernista, católico en todas sus manifestaciones. Con la lectura de autores como De Bonald, Donoso Cortés, Veuillot, y de numerosos santos como San Pío X, él explicitó y formuló de modo sistemático sus teorías, su Weltanschauung(visión del universo), aunque todas ellas ya existían en su alma en estado germinal. ¿Cómo esta germinación fue posible en una ciudad moderna, incrustada en el Nuevo Mundo? ¿Por una gracia especialísima de la Santísima Virgen? Ciertamente sí. Pero ello nos lleva a otras consideraciones: si Dios suscitó una personalidad como la del Dr. Plinio, ¿no será esto una primera gracia y un primer paso para un cambio radical en el rumbo de los acontecimientos? ¿No estará próxima la restauración de la civilización cristiana?... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino