Estimados amigos: La importancia de las comidas en la vida familiar y social, así como en la formación cultural y civilizadora de un pueblo, es innegable. Además del placer de una buena comida, la mesa fomenta la alegría de vivir entre semejantes y el deleite espiritual, ya que nutre a cuerpo y alma. Asimismo, una buena mesa propicia una buena conversación, desgraciadamente cada vez más enmudecida por la adicción a los televisores encendidos a toda hora y a los omnipresentes celulares. Alrededor de la mesa, del horno, del fogón, de las cacerolas, de una botella de vino o de una simple cesta de pan, se crea un ambiente propicio para la unión familiar. Al intercambiar ideas con sus hijos, los padres les transmiten tradiciones ancestrales, reglas de etiqueta y cortesía, el arte de la conversación y los buenos modales. Las buenas costumbres adquiridas en la infancia se mantendrán toda la vida: los hijos sabrán cómo comportarse cuando sean invitados a una cena o a un banquete social; recibir a los invitados, llevar a cabo actividades diplomáticas, entablar o restablecer amistades, resolver situaciones complicadas, etc. El Divino Maestro nos dio magníficos ejemplos de sacralidad en la mesa. Basta mencionar las Bodas de Caná, cuando obró su primer milagro a petición de María, convirtiendo el agua en vino, o la institución de la Eucaristía en la Última Cena. Frente a los refinamientos culinarios, surgen hoy las imposiciones “gastronómicas” propuestas por los mentores de la ecología marxista y presentadas por una intensa propaganda como las nuevas “proteínas del futuro”: la ingestión de grillos, escarabajos, cucarachas y otras alimañas. Se trata de una revolución cultural en la gastronomía, para imponer locuras que atentan contra el buen gusto. Sobre este asunto versa el Tema del Mes, a cargo de Nelson Ribeiro Fragelli, con la agudeza de análisis que lo caracteriza. En Jesús y María, El director
|
En el Arte Culinario |
|
San Zacarías I No existen datos referentes a san Zacarías antes de su elevación al solio pontificio. Apenas se sabe que era de origen griego, establecido en Calabria, y que su padre se llamaba Policronio... |
|
Notre Dame de París, la luz y las llamas En el lejano tiempo en que la reforma litúrgica impuesta por el Concilio Vaticano II encontraba adeptos ardientes, la celebración de la misa fue adquiriendo un tono festivo, con canciones nuevas y sermones optimistas, en medio de deplorables representaciones escénicas. Todo hecho a medida para que la misa perdiera su contenido de misterio... |
|
Cristianismo y sabores Cuando Plinio Corrêa de Oliveira narraba los acontecimientos que tuvieron lugar en São Paulo a principios del siglo pasado —era el tiempo de su infancia—, nos llamaban especialmente la atención los hábitos sociales de aquella época... |
|
El hombre fue hecho para el cielo y no para esta tierra En verdad, dos cosas hay que resaltan hoy día en medio de la extrema perversidad de las costumbres: un infinito deseo de riquezas y una insaciable sed de placeres. De aquí, como de su fuente principal, dimanan la mancha y el baldón de este siglo, a saber, que mientras éste progresa constantemente en todo lo que entraña comodidad y bienestar para la vida, parece sin embargo retroceder miserablemente a las vergonzosas lacras de la antigüedad pagana en lo que es de mayor monta, es decir, en el deber de llevar una vida justa y honrada... |
|
Símbolos de la nobleza del alma humana ESTA PINTURA REPRESENTA una carabela que está saliendo de la laguna de Venecia en demanda del mar. El agua aparece de un colorido muy matinal —un azul ligeramente verdoso, que recuerda una piedra preciosa... |
Promovido por la Asociación Santo Tomás de Aquino